
Sesión científica en la Real Academia de Medicina de Zaragoza con asistencia del Consejero de Sanidad Sebastián Celaya
José Ramón Valdizán, médico especialista en neurología y neurofisiología clínica, responsable de la unidad de trastornos neurofuncionales y síndromes neurológicos en Clínica Montpellier, aborda los “Potenciales evocados Cognitivos”
La Real Academia de Medicina de Zaragoza abrió sus puertas e invitó al doctor José Ramón Valdizán, quien hasta su jubilación era Jefe de Servicio de Neurofisiogía del Hospital Universitario Miguel Servet, a impartir una conferencia sobre potenciales evocados cognitivos.
La pertinencia de la invitación la puso de manifiesto el vicepresidente de la Real Academia, Francisco José Carapeto, al señalar el interés mediático que ha suscitado este asunto en relación con determinados casos de investigación policial y judicial en nuestro país. De hecho, la presencia del Consejero Celaya en el acto abundó en lo oportuno del acto.
Los potenciales evocados cognitivos (PEC)
Tal y como señaló el ponente, los potenciales evocados cognitivos tienen origen bioeléctrico cerebral. Su fundamento de evocación reside en el concepto de que la actividad cognitiva es contextual, definida como la capacidad de memorizar y discriminar el origen de un recuerdo específico por su circunstancia.
Así, los patrones de actividad neuronal evocada por un estímulo, proporcionan información única e importante del momento sobre el procesamiento cerebral, ya que operaciones mentales tales como las implicadas en la percepción, la atención selectiva, el procesamiento del lenguaje y la memoria, oscilan en el orden de decenas o cientos de milisegundos.
“Por esta razón, registros de los PEC, que proporcionan un reflejo milisegundo por milisegundo de la actividad cerebral evocada son las respuestas más aproximadas a estas funciones. Y por ello constituyen una metodología ideal para estudiar los aspectos de temporización de procesos cognitivos normales y anormales” señaló José Ramón Valdizán.
El origen de los PEC depende de los ritmos básicos del electroencefalograma oscilando sus valores dentro del rango de los mismos, desencadenándose tras un estímulo cognitivo como una frase o foto. Dentro de los PEC, los más empleados son: el potencial cognitivo P300 originado cuando el estímulo produce un fenómeno automático de realimentación de la memoria, sobre todo de la memoria episódica, y se mide con parámetros como latencia, amplitud y topografía, proporcionando índices de procesamiento de la información; y el potencial cognitivo N400 como respuesta que diferencia un estímulo correcto de otro incorrecto, así como el contraste entre los esperado y lo real.
Valdizán subrayó que ambos potenciales requieren la colaboración del explorado en condiciones basales normales. “La realización de las pruebas no supone una presión o influencia sobre la reacción neurofisiológica del sujeto, ni la P300-N400 admite sugestionabilidad sobre las respuestas neurofisiológicas, ni se le exige respuesta verbal o motora alguna”.
El especialista en neurología y neurofisiología clínica defendió la aplicación de estos potenciales evocados cognittivos. Una aplicación que, a su juicio, tiene diversas vertientes: una, clínica, en trastornos del neurodesarrollo y neurodegenerativos, y en todos los campos médicos donde se encuentre afectado el funcionamiento cerebral. Otra, en la investigación neurocognitiva como la atención, memoria y toma de decisiones. Y también, en el desarrollo de productos cerebro-máquina como la mano biónica, dirección de vehículos, dirección de instrucciones…
Indicativo, todo ello de que la aplicación de los PEC, como resultantes del funcionamiento cerebral, es un campo en constante desarrollo en diversas áreas del conocimiento, concluyó José Ramón Valdizán.